domingo, 27 de febrero de 2011

Murmullo de tiempo





Se va la tarde
entre los dedos
como palabras entre las letras,
la vida circula incesante
hora tras hora
como si los mensajes
solo se alojaran en el futuro.

Perseguimos asirnos a la más pequeña
unidad de tiempo,
pero la historia inmodificable
se escribe en cada segundo que pasa,
no retrocede,
se graba en la piel
como la luz de una linterna sorda.

El curso vital
se lleva a los amantes-orugas
que le temen al futuro,
al vuelo que demanda ser mariposa.

Y la vida pasa
como una lluviosa tarde
que vierte gota a gota
el magma de las cosas reales,
invisibles cosas que perpetuamos
en petreas historias personales
que porfiadamente olvidamos,
aunque el olvido nos lo recuerde.

AOC.®.2011



Gráfica:Tatyana Kartasheva / Zdzislaw Beksinski / Wilhelm Trubner

miércoles, 23 de febrero de 2011

Bello barrio


Paco llegó al barrio con los niños bien chicos y cautivó la atención de las mujeres, porque Paco era literalmente un padre soltero; todos miraban con curiosidad el ajetreo que significaba hacerse cargo él solo de dos cabros chicos de 3 y 8 años. Para ayudarse con los quehaceres domésticos Paco contrató una nana, sin mucha suerte, después otra que tampoco resultó, hasta que llego Anita, que parecía venir de tiempo atrás, de su antigua vida y que al parecer cumplía con con sus necesidades; el resto de la comunidad entendió que Anita era la nana de Paco, pero ella paulatinamente trató de introducir la idea de que ellos eran pareja. Ella constantemente dejaba caer comentarios como:
- Con Paco estamos tratando de construir un hermoso hogar, u otra frase:
- Lo que me molesta de Paco son sus huesos fríos en invierno, y así un rosario de insinuaciones que dejaban por sentado que ella era la señora y mujer de la casa. No pasó mucho tiempo, Paco se enamoró de otra mujer bastante más joven que Anita y como se sentía hombre libre empezó a salir con esta chica que llegaba en una enorme 4x4 difícil de ignorar. Anita no aguantó esta ambiguedad, alegando a los cuatro vientos que Paco le traía mujeres para que ella las atendiera, y si él quería tener otras mujeres, pues que las tuviera fuera de casa, así que ante eso Anita tomó sus pertenencias y se marcho indignada.
A Paco no le duró mucho el romance con la del 4x4, que por otra parte no le solucionaba para nada las funciones domésticas con los niños y la casa, así que pronto quedo solo, sin amor, sin nana, sin 4x4 y sin madre sustituta.
Anita no demoró demasiado en regresar, aunque ahora era dueña de una ventaja táctica que no poseía antes, entre una cosa y la otra, se compró un autito que hizo aparecer como un regalo de Paco, aunque los niños seguían repitiendo por doquier que Anita era la nana de la casa; también se coló en los comentarios del barrio que la familia de Paco no se tragaba muy bien esta situación y no faltaba la ocasión en que se referían a ella como "la mujer esa", y que jamás fue incluida como invitada en las festividades de la familia.
Por su parte Anita ha cambiado un poco su forma de vestir diaria, abandonando el cotidiano delantal; algunas mañanas aparece lavando el auto con pijama, habla, a quien la quiera escuchar de su relación "conyugal" con Paco. Anita sigue viviendo bajo la dualidad de ser nana-esposa o nana-nana, sabiendo en el fondo que Paco se entregó a esta realidad porque, después de tantos tumbos y maltratos, le resultaba practico construir su vida sin los sometimientos y la vulnerabilidad del amor y obtener así los beneficios de algo parecido a familia, con la ropa lavada, la comida diaria, la casa limpia y contar con la fidelidad de una mujer que sobrevive a la mentira.

AOC.®.2011
Gráfica: Keszeg Agnes Rajzai

domingo, 20 de febrero de 2011

Vapor de alas




Parecía la cuenca bruñida
de unos ojos anochecidos
mirando la amplia extensión de soledades
que caben justo
en las pequeñas y grandes
mentiras de granito
sujetas a oscuros presagios y destinos.

La luz de una espiral atormentada
tiñe los colores de las sombras,
los perfiles de unas manos
que ciegas buscan un amor
perdido en la indiferencia de la vida.

La resonancia de las cosas
vacían su propio contenido
estrechado en un cerrar de párpados
sumergidos en el vaho de los tiempos,
y al final, un sitio plano
que vive y muere
en el error que le circunda.

AOC.®.2011



Gráfica: Malcom Liepkel / Lina Scheynius / Liza Falson

miércoles, 16 de febrero de 2011

El palurdo, también conocido como "el paquete chileno"


El depurado caldo de afectos que destila la humanidad de Mauricio suele traer miserables gotas de sinceridad, acompañadas de grandilocuentes ofrendas, donde las cosas materiales reemplazan a los gestos básicos como respeto, cortesía, dignidad.
Cualquier gallo viene a casa trayendo una botella de vino para compartir entre amigos, en cambio Mauricio trae un obsequio digno de ser alabado y que es, además, una llave que lo faculta a exigir obediencias y lealtades incondicionales. Es una perfecta analogía del patrón de fundo que va al ranchito del inquilino a distinguirlo con su superioridad y a obsequiarlo con su presencia. Entonces el inquilino debe sentirse honrado con la ofrenda que le ofrece su patrón.
Las sutiles y extrañas posturas de Mauricio ponen los limites de la lealtad personal en una linea diferente y distante entre lo que ofrece y lo que entrega. Solo un gran paquete de conveniencia e interpretaciones.
Después de un tiempo Mauricio no es más que "un palurdo" estacionado en veredas populosas, dispuesto a atrapar incautos, ofreciendo un valor que no tiene, y si algo tiene, no esta dispuesto a mostrarlo.


AOC.®.2011
Grafica: Mark Ryden

sábado, 12 de febrero de 2011

Montañosa mirada.







Las palabras siempre dicen lo mismo,
la misma idea en la cabeza,
obstruida y seductora,
una idea invisible, desvanecida,
inaccesible e inmaterial,
que bebe la sangre
y apaga la vida.

Un reloj que no deja de palpitar,
de vivir su mecánica vida
y promete horas ansiadas y esperadas,
horas divinas,
regadas de un eterno tiempo de olvido
que se pierde en un lejano palpitar.

De nuevo las palabras
que parecen cabezas flotantes
en un mar de espigas,
que se difuminan en esa mirada mia
montañosa y cavernaria.

AOC.®.2011



Gráfica: Rubens Dhara / Mark Ryden

miércoles, 9 de febrero de 2011

Un DJ pueblerino


Manuel Rodriguez Monardez siempre fue un tipo con ideas especiales del mundo. Nació en una familia provinciana llena de orgullos y con un marcado gusto por la heráldica; él afirmaba que su apellido Monardez era con Z y estaba emparentado con las grandes fortunas del salitre, además eran originarios de antiguos linajes de las provincias Vascongadas, cosa que nunca se comprobó; en cambio, aseguraba que los Monardes con S eran simples pelafustanes y despacheros de los cuales no valía la pena ocuparse y le enfurecía cuando escribían su apellido con S. Su padre era un profesional con algún renombre en el pueblo, esto lo hacia dueño de un orgulloso prestigio, cosas que solo ocurren en provincia, donde las caras se buscan, se miran y se reconocen en la iglesia, la plaza, el Banco y en las calles del pueblo, donde todos son hijos de alguien.
Pasados los años la vida ha dado varios vuelcos para Manuel, vive en la ciudad, pero siempre ha acariciado aquella idea de ser hijo de alguien respetado en un mundo donde todos son nadie. Vive en un departamento de 1 ambiente en un barrio sobrepoblado y que él llama "barrio alto". Tiene muchos amigos pero pocos lo conocen, si es que alguien lo conoce. Desde pequeño ha cultivado el arte del mensaje subliminal. Alguna vez en su pueblo natal adornó las tardes de verano con música, la gente reconoció y aplaudió su modesto trabajo de DJ de plaza dominical. Manuel jamás se recuperó de aquel éxito local.
Hoy en día, YouTube es el mensajero subliminal y se dedica a enviar canciones llenas de contenidos románticos a quienes son abuelas que frisan los 55 y también los 60. En esta nueva dinámica Manuel envió a una amiga las selecciones "You Belong To Me" y "Perdóname mi vida", tiempo después otros amigos recibieron otros temas cargados de segundas lineas; son tantas las compuertas, las luces y sombras, ocultamientos con textos y sub textos que solo Manuel conoce el significado de ellos, en el supuesto que las cosas que emanan de él tengan un significado.
Son muchas las discretas y opacas luces de este pequeño espectaculo que Manuel produce, dirige y entrega a sus amigos y otros que no lo son tanto, con un solo objetivo, el aplauso agradecido de un publico mínimo, que sin embargo le basta para colmar un cachito de sus aspiraciones.
AOC.®.2011

Gráfica: Daniela Uhlig
Para escuchar: http://youtu.be/4RpKjK19mgA

domingo, 6 de febrero de 2011

Estero del gato



Creció entre Ñuñoa y Providencia, sus mejores recuerdos transcurrieron en el taller de radios de su viejo, justo al inicio de Av. Italia. Un día sus pies también la pasearon por el Pedagógico, en un tiempo en que todos tenían tanto que decir pero que no se podía hablar. Algunos como Rodrigo Lira se dejaron ahogar por las palabras en una tina de baño, de ahí que a la Ely se le pego el silencio en la garganta, el bullicio sin palabras de la ciudad la ahogaban.
En la esquina de su casa vivía Gonzalez-Soto, un flaco cuyo gran capital era ser rucio y tener los ojos azules, requisito suficiente para que la Ely lo enganchara para su gran sueño: vivir en el sitio más remoto, lejano y solitario que pudiera acceder, se llamaba "Estero del Gato", un lugar virgen del hombre y al que ella podía llegar como colono.
Ely y el Rucio llegaron a Raúl Marin Balmaceda, un pequeño pueblo-caleta próximo al río Palena en el confín sur de este largo país, a mediados de los ochenta. Llevaban algo de plata y la gran necesidad de silencio. Con grandes esfuerzos pero sin drama la Ely construyo su hogar próxima a las rabiosas aguas de la ensenada, en un hábitat solitario y extenso a merced de la lluviosa naturaleza de esos rincones; su vecino más cercano estaba a kilómetros de distancia, sólo se percibía el humo de su cocina que daba la idea de un ser vivo en el horizonte, allá tras la espesura. Al poco andar Ely parió su primer hijo entre lengas, alerces, lumas y el silencio ilimitado, casi religioso, en que participan el cielo y la tierra en el epicentro mismo de este bosque frío. Jugueteando entre los montes y la vida ella tejía un fino dialogo con las cosas, con el diario ajetreo de la leña, el agua, la ropa seca y la vista que se pasea en el paisaje.
Gonzalez-Soto salia por largos periodos en busca del dinero básico, algunas veces era el pelillo, otras la pesca y en ocasiones alguna construcción; Ely por su parte se nutria de la soledad lluviosa y verde que se da en los remotos parajes del Canal de Moraleda y sus paisajes únicos y desolados.
Mientras más profundo era su aislamiento mayor era la armonía con su entorno y con su vida intima. En esta paz parió 4 chiquillos que dieron sus primeros pasos y crecieron en este enorme hogar, pero llegó el momento en que los niños merecían ser parte de la civilizada competencia de la ciudad. La Ely apretó los dientes, cerró su casa, metió a los chiquillos a un bote y no miró para atrás, solo se fue. Pasado un tiempo las circunstancias la acogieron y encontró un terrenito en medio de la ciudad, ahí cultiva caracoles, hierbabuena y berenjenas. Su vida ha sido como una luna antigua acostumbrada a alcanzar la plenitud, luego menguar y nuevamente después de la fase oscura volver a crecer. Y así Ely acata la ley que rige la fuerza del destino pesando las cosas y equilibrándolas hacia un estado de justicia natural.

AOC.®.2011
Foto: Mario Gutierrez P.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Premeditación




Grandilocuentes pajaros de la noche
tejen elaboradas tramas
en mitómanas almas
que cuelgan sus flotantes estructuras
en los vertiginosos pliegues
de las ciudades bullantes.

Hijos de indiferentes descuidos
siembran la tierra
con sus infertilidades,
embetunando el espíritu ambiente
con inocuos aceites medicinales.

Las rutilantes imágenes
de pequeños seres
pueblan una pantalla
desde la oscuridad
donde antónimos cuerpos
sueñan con vidas azulosas,
de dolores leves
y pomposas glorias.

Enfrentemoslo,
tu alma pobre y encogida
con sus invisibles dedos de fantasma
no tiene olvidos casuales,
todo es fríamente premeditado.

AOC.®.2011



Gráfica: Daniela Uhlig

Despedida

Llevo 6 o 7 años publicando mis escritos y poesía con palabras similares, contenidos similares, con gráfica orientada siempre a una visió...