A título de nada

Cuando el silencio

apaga el ruido

 se puede sentir en vez de pensar,

escuchar los ojos

de tu alma pulcra y triste

adornada de terrores,

bajo esa luna helada,

furibunda, cuya luz se vuelve azul

y sorda sobre la nieve.

A solas

voy por más lunas,

por huesos, por mudos hielos,

por perdones, por dolores,

por latidos,

como si fuera el mar mi sangre,

el infinito

que se sumerge en un diluvio

de días iguales,

de esos que carcomen por dentro

cualquiera esperanza.

Los senderos se alargan

narrando la leyenda

de una ciudad

con su tempestad ronca,

su llanto,
como una voz que reza

asimilada al caos,

sometida a esa seguridad incierta

de los sonámbulos 

que naufragan en una inundación

sin bordes.

AOC.®.2012

Gráfica: Csekuti David // Raluca Vulcan // Rene Gruau


http://youtu.be/7LQwtvJX0u0

En plena azotea

Se venden

mis recuerdos, mi conciencia,

mis horas vacías,

mi pedazo de cielo,

el color de la tarde

que se pinta

como si amara hoy

lo que antes amé.

Quedan en el camino

esas ninfas y sus almas

con alas de mariposa, 

y esta luna que no sirve,

desgranando su luz blanca

por el valle indiferente.

El mundo de los opuestos

se pierde en una vibración

larga y continua

donde el orden visible

crece en idéntica medida

en que se va perdiendo

la armonía interior,

dejando en el recorrido

un mudo grito como fruto de volcán.

Con esa caridad que tiene el pudor

con la desgracia ajena,

dejaré que la muerte

abra la puerta lentamente,

para que aniden mariposas oscuras,

lagrimas vivas, rumores helados,

brumas insensatas, medusas...

AOC.®.2012

Gráfica: Jacek Yerka

http://youtu.be/WUKIsuC8f1o

Ensamble de olvidos

En la boca palpita la palabra que fue

y nunca ha sido,

me toca como un vacío, un temblor.

Tanto viví que soñé contigo,

tanto caminé extraviada y volví

despojada del grito y de la memoria,

sumergida en una subterránea morada

bañada de mareas,

que es apenas una palpitación de vida,

en mis cenizas, tu sombra

marcando el horario de este tiempo

que se sumerge en la inmovilidad

de la sangre.

Solo algunas flores olvidadas

descubiertas por la mano fría de la luna

que regresa de sus viajes, desierta,

siempre forastera

y nos deja a solas con nuestras

propias penumbras.

Un pájaro en el fondo de la vida,

una planta profunda,

una gota sola,

no eres tu 

sino el olvido

con su túnel interminable

de adioses

que suena como núbil otoño

en la ventana.

AOC.®. 2012

Gráfica; Cserkuti David // Marcela Gutierrez // Michael Parkes

http://youtu.be/EjMGoOAZNaM

La vida secreta de algún pájaro

Declaro desierto

el universo de tus cosas

llenas de imágenes sin perdón,

queda tan poca información

que escasamente

puedo interpretar tus fragmentos,

es solo la idea fija

y el dolor constante

de un balido monódico e inconducente.

Lo ojos ya no escuchan

el tono que brota de la emoción,

aunque quiero escapar

en ese valle de la huida,

siempre me encuentro a mi misma

tantas veces equivocada,

derrotada, fracasada;

en la vieja amistad con mi sombra

detrás del tanteo de la mirada,
el vértigo,

como si en mi espíritu anidara tu vacio.

Perseguida a mansalva

por un llanto seco, tortuoso,

parada en una tierra

que se extiende hacia un aire tibio

como si tuviera ansias de concebir,

de procrear, de probar, de sentir

y regalar su fuerza muda

a través de miles de brotes verdes,

aun flotando en los abismos de la noche;

todo sueña y florece

en una fiebre delicada

tierna y pujante

como una caricia color de diluvio.

AOC.®.2012

Gráfica: Erika Kuhn // Feline Zaegers // Kate Dudnik

http://youtu.be/C6wxOyoiHkc

Secreto de luna

Debo decirme sin error

lo que es verdad y lo que no lo es,

como ese reloj anafórico

que utiliza agua como liquido motor

y gota a gota

mastica los fragmentos de un sueño,

más allá de las presunciones del tiempo.

Sabemos el precio del dolor

siguiendo el plano de los círculos celestes,

el alma pulcra y triste

acariciada por invisibles dedos de fantasmas,

con su tierra de pantanos,

zonas de secretos soñados y terribles

vengadores de derrotas.

O aquella fortuna de amar

que sucumbe 

a la turbación de un beso

con su perfume imperceptible,

tan antiguo

que parece ser tocado

por el alma de un dolor

enloquecedor y delicioso. 

Los martes del otoño perfumado

dejan a su paso una huella húmeda,

inquieta en su rodar de hojas

buscando el antiguo secreto de ceder y esperar

como esa luna

que solo enfrenta directo al sol

cuando llega el plenilunio.

AOC.®.2012

Gráfica: Alfred Weissenegger // Amalia K // Kate Dudnik

http://youtu.be/kckNnSjZ0Mg

Monono figurín

Refugiada en el aleteo

de un colibrí,

en el sonido efímero

de lo eterno,

persiguiendo un sueño

que nunca tocará la realidad,

y convertida en una despedida temeraria,

franca y lluviosa de lágrimas.

La ciudad se eleva

como fósil de concreto,

repleta de máquinas de apuestas

que venden sueños y obsesiones

en cada esquina,

en un reguero de semanas

con su repetido martes

que protege su lugar en el mundo

no haciendo nada,

dejando pasar el día

con sus matemáticos segundos.

Desesperadamente busco esa tierra

un poco agria, un poco amarga,

autentica tierra

que resista el grito mudo de las marionetas

cuando arrancadas de sus hilos

caigan en contorsiones sobre el escenario.

AOC.©.2012

Gráfica: Alfred Weissenegger // Amalia K // Bruce Holwerdael 

http://youtu.be/lAKSxIHvQFc

Sentimientos antojadizos

Quisiera una muerte veraniega

y dulce, llena de noche y ruiseñor,

acompañada de una lluvia morada de lilas,

con su respectivo hálito de caricias

al filo de la piel

como débiles llamas

de lo que no ha sido olvidado

por una aurora de ausencias.

Pero mi orilla de sangre

desgarra el día

justo en el centro

donde tu boca

puede probar lo imposible,

sumergido en la eternidad

de todos mis amores

con sus pobres cascaras de silencio.

Mi otoño maduro oscila

como vientos

que se suceden unos a otros,

abriéndose con religioso respeto

hacia la eternidad,

donde el color del tiempo

es más nítido

bajo el tenue resplandor de la lucidez.

AOC.®.2012

Gráfica: Carlos Nine // Feline Zaegers // Marcela Gutierrez

http://youtu.be/Hapufz1NFkY

Quien sabe!

Nunca hemos pertenecido

a los paraísos que inventamos,

soñaba que el amor

te convertía en visible

y abandonabas tu mundo 

de fantasmas.

Cual es tu secreto?,

te fundes o separas

de ese aire denso

recargado de olores viejos

y sombras espesas

en las que como camaleón desapareces,

sumergido en tus cosas inútiles,

inmóviles,

donde el ego se multiplica,

se divide y por fin

te cae encima.

En medio de las calles extraoficiales

que se hilvanan en tus laberintos,

la angustia es la señal luminosa,

es el tono que circula por la vía

y bifurcaciones que te crecen por debajo,

bajo un frío cortante, punitivo,

como una ciudad sonámbula

donde se divorcian los sueños

y solo quedan plumas de buitre viejo.

AOC.®.2012

Gráfica: Vania Zouravliov // Rory Kurtz // Alfred Weissenegger

Trapero de mis días

La casa de la quinta había tenido varias vidas, incluso, en algún momento fue bodega de alimentos para las gallinas; cuando los Tatas llegaron, habitaron un chalet al fondo de la quinta, próximo al río. Por motivos prácticos, en algún momento, habilitaron la casa de adelante, esa en que crecí mi infancia de nieta regalona y solitaria, sumergida en silencios de molino y gallinas.
Debido a secretos deslices del Tata, fue conminado a vivir en la pieza de atrás y que resultaba ser una pieza flaca con dos camas que la cruzaban a lo largo, con la suerte del relegado, la pieza tenia dos grandes ventanas norte que la hacían luminosa y tibia, en la cabecera de la cama del Tata siempre habían dos escopetas que brillaban en las noches de luna.
La pieza de Abue era más espaciosa y oscura pero en un costado tenia un aparador con cajones y un espejo largo que retrataba la figura de pies a cabeza, solo ese objeto hacía que la habitación brillara por si misma.
El piso de la casa era de tablas largas que nunca se rindieron a una virutilla o a un encerado, el transito de años y años la habían dejado opaca; para mantener la limpieza a raya, Abue manejaba con maestría un enorme paño oscuro empapado en parafina, en el mejor de los casos "Varsol" o simplemente en petróleo.  Abanicaba las grandes lenguas del paño capturando polvo, tierra o pelusas, todo bailaba con el ritmo de su paño. Cuando el trapero bailador de la Abue dejó su puesto a electricos instrumentos mi vida no fue la misma nunca más.

AOC.©.2012

Gráfica: Alex Andreyev