Tengo un hoyo pendenciero
que alimenta un circuito cerrado
de mi cerebro mentiroso.
Tengo un ojo vivo
pegado a la espalda
que recepciona muecas,
feas miradas.
Tengo ideas desconfiadas
que se atrincheran
ante la primera pulsión
equivocada.
Tras la puerta correcta
tengo lealtades,
afectos claros,
presencia de animo,
buenas intenciones
y algunas de esas cosas
que se cocinan en el alma
a fuego lento,
con algunas hierbas aromáticas
que con el correr de los años
no sirven para gran cosa.
AOC.2013
Gráfica: Konstantin Razumon // Catrin Welz-Stein // Juatyna Kopania