La naturaleza
nos dota de
capacidades intrauterinas,
refugios del viento
de ese que acaricia
con mano discreta y ligera
con su delicada
labor de encaje,
como un tatuaje permanente.
Hasta el interior del sueño
una cándida y secreta muerte:
nos miramos como un animal a otro,
un Dios a otro,
un mundo a otro mundo,
sin palabras,
nos miramos desde siempre
emparentados y enemistados
y perdidos el uno del otro,
sin remedio.
Las locomotoras anhelantes
continúan sollozando
su grito de nostalgia,
ansiosas de distancia,
sobre los rieles
solitarios y fríos,
en un eterno mediodía
mermado por el tiempo.
AOC.©.2012
Gráfica: Caras Lanut imágenes 1 - 2 - 3
http://carasdesign.35photo.ru/
No hay comentarios:
Publicar un comentario