domingo, 17 de abril de 2011

Tú, solo tú y nadie más que tú





Hay que ser bien hombre
para dar calor a un hogar,
para cuidar esa puerta
de la vida y de la muerte,
para dejar que el amor fluya
entre palabras
que se cuelan por los ojos.

Tu incapacidad de amar
riega el polvo que pisas
de lamentos, de penas hondas,
de innecesarios males;
como emplumado gallo
cantas pregonando tus triunfos,
ya en la medianoche
es difícil no ir al infierno
a compartir los envenenados rencores.

Viento y tiempo
hacen de la vida
una nueva vida,
y tu siempre estas atrás
en un tiempo que no existe,
caminando hacia ese punto indefinido
de la nada,
que en el fondo
es el supremo castigo.

AOC.®.2011



Gráfica:Julio Ruela /Andrea Kowch /Debbie Kerkhof

2 comentarios:

Daniel Os dijo...

Qué buenos versos, son extraordinarios… leo entre ellos, y corregime si me equivoco, una enorme rabia por un ausente que no termina de ausentarse.

Me hacen un fuerte eco adentro, es genial.
D.

antonia obiol y corcoll dijo...

Más que eso, es un mal innecesario que se pega a la piel. Es facil pensar que en la vida uno es dueño de todas las desiciones, que las cosas evidentemente inutiles por su inutilidad se dejan atras... pero siempre hay una esquina por donde aparece... escuché una frace que decia:
- La miseria tocó a su puerta y el tonto le abrió...

Besos, muchos besos
AOC.

Despedida

Llevo 6 o 7 años publicando mis escritos y poesía con palabras similares, contenidos similares, con gráfica orientada siempre a una visió...