miércoles, 27 de abril de 2011

La parte de afuera


Un día dejo de llover y la gente del Manque se fue, se fue a buscar la vida a una tierra distinta. Ahora el viento llora en las calles solitarias. El antiguo mundo de estrellas aguaita a la vieja tierra en busca de los ojos que la miraban en busca de aquella blanca luz que bañaba hasta los huesos.
Y no queda otra que vivir los efectos de ser uno mismo, de estar destruido, esperando esa luz que se quiebra, o salir a edificar un gran monumento para una cabeza inútil, también se puede recorrer el mundo generando aplausos para un ego vacío, mudo.
El pueblo entero busca la vida marcando la propiedad de los otros, ignorando los ajenos ojos que esperan al calor de una figura pétrea como una maldición creativa, como una marca de nacimiento. El Manque espera solitario a sus hijos, los hijos del silencio.

AOC.®.2011
Gráfica: William Drum

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