

Son mis cincuenta
y la campana repica su mofa tintinera
que pregona a los cinco vientos
la antigua espiral la vida,
pobre y leve
que sumerge su canto en la inmensidad.
Mi lago, mi vida solo retiene
una cantidad finita
de la infinita cantidad de aguas lluvias,
esa es su peculiaridad.
Soy hija del sacrificio
de un monstruo primordial,
símbolo del caos
en cuyo centro se mezclaron
los colores internos de mi espíritu.
He nadado siempre
en el mismo mar de polvo,
en un océano de aire,
sumergida en detalles
donde olvido los eslabones secretos
que unen armoniosamente las partes
de ese plasma germinal,
que no son otra cosa
que pulsiones de vida
y pulsiones de muerte.
AOC.®.2011
y la campana repica su mofa tintinera
que pregona a los cinco vientos
la antigua espiral la vida,
pobre y leve
que sumerge su canto en la inmensidad.
Mi lago, mi vida solo retiene
una cantidad finita
de la infinita cantidad de aguas lluvias,
esa es su peculiaridad.
Soy hija del sacrificio
de un monstruo primordial,
símbolo del caos
en cuyo centro se mezclaron
los colores internos de mi espíritu.
He nadado siempre
en el mismo mar de polvo,
en un océano de aire,
sumergida en detalles
donde olvido los eslabones secretos
que unen armoniosamente las partes
de ese plasma germinal,
que no son otra cosa
que pulsiones de vida
y pulsiones de muerte.
AOC.®.2011

Gráfica: Gregory Colbert - Frank Cho - Amelia Uhlig.
2 comentarios:
¡Felicidades! Haber perdido la cuenta es siempre una razón para celebrar… los números no son tan generosos como las letras.
D.
La linea imaginaria existe, más alla de las palabras....
Lo mejor son las buenas intenciones de los amigos queridos.
sin cuenta besos
AOC.
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