domingo, 23 de mayo de 2010

El encantador de feas



Llevaba mucho tiempo sin saber de Marcelo, así que aproveché una ida al centro para pasar por su oficina.
Cuando salí del colegio decidí estudiar filosofía, una fe que no me acompañó por mucho tiempo; yo diría que lo único que me quedó de ese tiempo es Marcelo. Nuestra pasión por el paisaje y los caminos olvidados en la geografía de este territorio nacional nos llevó a compartir cercanamente, yo creo que la observación silenciosa de inmensos paisajes solitarios crean lazos profundos.
Pero el ultimo tiempo, Marcelo dicidió apartarse, diferencias que antes fueron pequeñas se fueron haciendo muy grandes. Un día me dijo:
- Comadre, tate atenta a las señales.
Bajó a recibirme con su tribilinesca estampa y sus entonados holas lo que me puso en contacto nuevamente con nuestra historia común. Decidimos ir a un café y ponernos al tanto del estado de nuestras vidas; economicamente a Marcelo le había ido bien, había vendido su viejo Soyuz 4x4 que nos acompañó por intrincados caminos, ahora tenia uno nuevo, negro, grande y polarizado; sus viejos y recurrentes amores cuyas puertas golpeó durante años con distintas estrategias y ninguna promesa; lo que ofrecía era su persona, su encanto, su 4x4, su trabajo en el banco, sus camisas impecablemente blancas, esa era toda la ofrenda que llevaba a estas mujeres clase B, pero todas ellas dicidieron un día casarse con hombres dispuestos a quererlas y abandonaron así a este ilusorio amor. Marcelo se defendía alegando que lo habían dejado para unirse a hombres fomes y opacos, olvidando lo magnífico y entretenido que era él, obviando lógicamente lo poco que ofrecía su propuesta amatoria. Estaba verdaderamente picado por la
determinación de ellas, durante nuestra conversación jamas demostró alegría por la nueva y feliz vida de aquellas a las que alguna vez prometió amor y sinceridad.
Por estos días encontraba refugio en algunas mujeres de pasado poco claro que vivían en las proximidades de Illapel, a donde él llegaba con su nuevo auto. Según su relato, daba unas vueltas por el pueblo para hacerse ver y crear expectativas en torno a su presencia; se estacionaba en un conocido bar en medio de las miradas del pueblo, hablaba horas con el garzón sobre los interesantes temas que Marcelo consideraba apropiados para el lugar. Así un poco entonado por el vino de la casa, hinchado y magnifico, salia a visitar a sus conocidas y así hacer uso de sus dotes de encantador de feas.
Pasado un rato ni corto ni largo y después de varios cafés y algunas galletas; mencionando por supuesto, una tonelada más de heroísmo de Marcelo, llegué por fin a entender el verdadero significado de "atento a las señales"...

AOC:©2010

Para ver: http://www.youtube.com/watch?v=uvqLujgcLyI&playnext_from=TL&videos=u0arIWaozlI

4 comentarios:

Daniel Os dijo...

Claro que hay que estar atento a las señales, tan atento que debemos identificar bien todas y decidir con cautela a cuáles respetar y a cuáles ignorar.

Probablemente en su ficticia conformidad con su nueva vida y negando la felicidad que trajo su ausencia a los viejos amores, radique la señal de que disimulando que metemos la pata se puede vivir en equilibrio.

Un abrazo a Marcelo, aprendiz de hombre satisfecho.

D.

pelicanopitekus dijo...

Estos personajes "cafichones",adictos al engrupo,con su autito,unos más enchulados que otros,son parte del folcklor;y me atrevería a decir,que si no fuera por estos monjes,algunas,feas o bonitas,dificilmente le verían el defecto en el ojo al tubérculo.Necesidad mutua que gestan las crueles soledades,y en donde las ausencias de los clubes de corazones solitarios hacen de este sucedaneo un consuelo.Y aquél
que en algún momento no se las dió
de encantador,que se vaya temprano a su casa.
Muy buen relato.Me fascina el ser humano,también con su pobreza.
Y por si acaso nos encontramos,sube a mi polarizado,total,que podemos perder.
Besos furtivos.

antonia obiol y corcoll dijo...

Dan:
Los equilibrios precarios parecieran ser un recurrente en la vida... la verdad es que en general somos malabaristas sostenidos en ilusorios hilos. Personalmente soy socia del "precario equilibrio en la ultima pitia"...

Equilibrados besos...

antonia obiol y corcoll dijo...

Piteku:
Yo igual me subo a tu polarizado, claro que la mezcla de autito y tu particular ingenio corro el riesgo de enamorarme como cualquiera de las feas de mi amigo...

Peligrosos besos

Despedida

Llevo 6 o 7 años publicando mis escritos y poesía con palabras similares, contenidos similares, con gráfica orientada siempre a una visió...