miércoles, 14 de noviembre de 2012

Reflejos


Se encaramaba por los 55 con todas sus cositas, en apariencia, funcionando, las niñitas bien, con el ex en armonía, los gastos más o menos cubiertos y cierta alegría permanente, aunque el espejo reflejaba detalles que Rebeca quisiera ignorar, esa gordura que se lo toma todo, a ella a las niñas y a la perra floja y regalona; todo desembocaba en un gran signo de derrota, se preguntaba como llenar esos intersticios vacíos?, ese hueco invisible que se cuela por la mirada? estaba inmersa en un circulo donde comer hacía de soma, esa droga fantástica de un "Un Mundo Feliz" de A. Huxley. Modificar la gordura que se toma el cuerpo y el alma, sobre todo una alma herida, coja, mal estibada, mal gastada en ilusos amores obsesivos, que nada dan, de esos que dejan sabor a cloaca.
Poseída por el poder de un hambre inexistente que cuando una tiene el firme propósito de dominar ya tiene tres porciones de más en el cuerpo; entonces come ella y comen las niñas y toda la familia se cobija a la sombra de unos magnificos sandwiches de queso caliente. Rebeca no puede decir "no" y se entrega a un mantra que repite "todo bien, todo tranquilo", un lugar donde no existe la dura tarea de modificarse y que le esquiva el duro contacto con ese espejo que le quiere decir que esta pasando y enrrostrarle la fría imagen de su reflejo.

AOC.©.2012
Gráfica: Steven Pattison

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Despedida

Llevo 6 o 7 años publicando mis escritos y poesía con palabras similares, contenidos similares, con gráfica orientada siempre a una visió...