Esa grasa
que se pega al silencio.
a la inmovilidad
de los pasos
como lodo lacustre
espeso y pesado.
Un ejercito
de almas pobres
pavimentan
la tierra cotidiana
de lavado asfalto y grava,
que brilla a perderse
en un imaginario sin fin.
Como un casquete polar
la soledad arrecia
y se cuela entre los dientes
con sus ojos brillantes
cegados por una lágrima
que no termina de caer.
La lluvia continua su ciclo
profundo,
gota a gota a la tierra
y al cielo y nuevamente a la tierra,
como los repetidos días
que se llevan la vida
sin dejar una miga de respuestas,
ni un cacho de sentido.
AOC.©.2012
Gráfica: Amalia K // Bruce Holwerda // Feline Zaegers.
http://youtu.be/zkZucliXVGU
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