domingo, 19 de diciembre de 2010
Un millon de pesos
El papá de Posi disfrutó toda la vida cambiándole nombre a las personas y cosas; así los hermanos de Posi vivieron buena parte de su vida con imaginarios nombres que su padre tomó de su original afición; el primero de los hermanos fue conocido por Cahueto durante toda su infancia y parte de su adolescencia, y sólo cuando llegó a adulto logró imponer su tradicional nombre Arturo. Mientras las dos hermanas pequeñas llevaron por siempre Lutina una y Carencho la otra.
La afición de Don Juan que así se llamaba el papá de Posi, circulaba por una angosta faja entre la mentira y la simpática creación; cuando jugaba en familia al bachillerato salvaba adaptando y cambiando nombres a su amaño; creó una seguidilla de Efigenia, Ifigenia, Hefigenia e Hifigenia. También era conocido por cambiarle el valor a las cosas según su conveniencia, era usual que algunos bienes alcanzaran el mágico valor de un millón de pesos, en esa cifra cabía un rebuscado sillón de pretencioso gusto adquirido por su nuera, un fabuloso computador comprado por alguno de sus nietos preferidos y así una infinidad de objetos. Con Don Juan las cifras eran siempre valores relativos, él era dueño y señor de las matemáticas, el teorema de Fermat y la cuadratura del circulo eran pan comido para su sobrealimentada imaginación.
AOC.©.2010
Grafica: Alexandros Vasmoulakis
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Despedida
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Tengo un hoyo pendenciero que alimenta un circuito cerrado de mi cerebro mentiroso. Tengo un ojo vivo pegado a la espalda ...
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