

Detrás de esa puerta
se esconde lo inevitable
de una infancia disecada
que cabe entera
bajo la superficie
en interminables calles
y bifurcaciones.
Tan invisible como yo,
quizas sea yo
con un viejo corazón de nutria,
con un Dios herido,
un Dios muriendo.
Y en ese frío cortante, primitivo,
un beso, una atracción
por una red de calles extraoficiales
recorridas por el blanco olvido
de la nieve.
Por otro lado,
una alma sonámbula
quiebra los huesos del tiempo,
roba recuerdos,
hace lecturas del abandono.
Ya nadie sabe nada
sobre piel y sangre.
AOC.©.2010
se esconde lo inevitable
de una infancia disecada
que cabe entera
bajo la superficie
en interminables calles
y bifurcaciones.
Tan invisible como yo,
quizas sea yo
con un viejo corazón de nutria,
con un Dios herido,
un Dios muriendo.
Y en ese frío cortante, primitivo,
un beso, una atracción
por una red de calles extraoficiales
recorridas por el blanco olvido
de la nieve.
Por otro lado,
una alma sonámbula
quiebra los huesos del tiempo,
roba recuerdos,
hace lecturas del abandono.
Ya nadie sabe nada
sobre piel y sangre.
AOC.©.2010

Gráfica: Massimo Rotundo / Keras Coet.
2 comentarios:
Y el largo y empedrado túnel del tiempo,nos pone nuevamente en un fin de año.
Un gran abrazo,y fuerza para seguir cumpliendo deseos.
Hola mi dulce, estimado y querido amigo, un gran abrazo para usted y que este 2011 se replete de promesas cumplidas y amores... muchos amores...
AOC.
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