domingo, 27 de junio de 2010

En el silencioso mundo de los corderos


La iglesia nació junto con el pueblo, en un costado de la plaza, primero fue la parroquia con su gran nave y hermosos frescos en el cielo, después la casa parroquial, un enorme edificio colonial con dos pisos y galerías y en el centro un jardín hermoso y bien cuidado por los hermanos. A medida que el pueblo creció, también fue necesario un colegio para los hijos de los habitantes más adinerados de la comarca, nació el internado y los medio-pupilos; paralelamente, y para las niñas, se instalaron las Religiosas Reverendas Carmelitas de la Caridad con sus dos colegios, una para las niñas bien y un politécnico orientado a educar niñas de pueblo para trabajar en la emergente fabrica de tejidos que crecía en la zona.
Cuando Ramuncho entro al colegio a inicio de los 60, se sentía orgulloso con su bolsón de cuero y su impecable uniforme; su abuelo y después su padre habían sido alumnos del colegio de curas, también sus hermanos mayores, mientras sus hermanas eran educadas por las monjas.
El colegio resultaba enorme y magnifico para Ramuncho, rápidamente contaba con dos mejores amigos Camilo y Juan Manuel; los primeros tres años estuvieron marcados por el desafío de aprender a leer y en matemáticas el dominio de las 4 operaciones, a medida que aprendía se sentía más y más confiado en si mismo.
Cuando entro a tercero, después de un intenso verano, conoció a un nuevo hermano que ayudaba con la casa de los curas que dirigían el colegio; la primera invitación que él y sus dos amigos recibieron fue a conocer el jardín y los salones a los que solo tenían acceso los curas y sus más cercanos; ellos a diferencia de todo el colegio podían entrar a estos sitios especiales. El padre Esteban era el segundo después del director, era una especie de administrador y tal vez por eso no ejercía la docencia como el resto de los curas. El padre Esteban era muy cariñoso, siempre les regalaba recortes de ostias con manjar casero, otras los invitaba a tomar once o a almorzar; paulatinamente se fue haciendo más y más cariñoso, instintivamente Ramuncho sabía que algo no estaba bien en los cariños del padre Esteban; quería urgentemente huir de ahí, pero sus amigos no sentían la amenaza, solo eran capaces de ver los privilegios que obtenían del cura, por otra parte, sus padres veían con buenos ojos que su hijo contara con la amistad de un hombre tan poderoso dentro de la sociedad pueblerina, tan llena de orgullo y apariencias.
Los tres amigos indefensos y confiados se fueron sumergiendo en el anormal cariño del padre Esteban entrando en un pozo negro de perversión y abuso; los niños paulatinamente se fueron apagando, retrayendo, hasta que uno de los padres notó el cambio y manifestó a los otros padres el horror de que sus hijos eran victimas. Los padres de Camilo tomaron a su hijo y de la noche a la mañana desaparecieron para siempre del pueblo. Era la segunda mitad de la década de los 60 en una sociedad pueblerina donde el clero era poderoso; los padres de Ramuncho y Juan Manuel optaron por mandar a sus hijos a largas terapias con un siquiatra para que de alguna manera pudieran vivir normalmente esa terrible anormalidad que gratuitamente les partio la vida, y así poder mantener inalterable su posición, no levantar olas y fingir toda la vida que esto nunca ocurrió.
El padre Esteban continuó impunemente su carrera entre biblias y tocaciones prohibidas, castigando a nuevas generaciones de niños, y el pueblo siguió durmiendo su cándida siesta, mientras la horrible verdad se escondía en un juego perverso bajo los ricos bordados de los manteles que cubrían el altar sacro...
AOC:©:2010

Grafica: Retrato que Rembrandt le hizo a su hijo Titus como un monje
http://www.youtube.com/watch?v=b91wgimgS9E

4 comentarios:

Carlos Podesta dijo...

Me gustó. Podestá.

pelicanopitekus dijo...

Si no son los curas ,son los parientes cercanos,los vecinos.El caso es que los niños son desde siempre tentación de cobardes,quienes al no atreverse a abordar a personas adultas para satisfacer sus instintos,recurren a estos como presas fáciles e indefensas.El pecado aquí reside en la negación del hecho,la ocultación,la defensa corporativa.Ojo sociedad con los tios demasiado cariñosos,y los gentiles vecinos,quienes nunca en sus autos trasportan a vecinas viejitas,pero con mucho gusto lo hacen con las niñitas o niñitos.Educación,educación;que el diablo anda suelto,en la parroquia y en la familia también.
Un abrazo.

antonia obiol y corcoll dijo...

Gracias. Don Carlos es grato tenerlo por estos lares...

Un cariñoso saludo.

antonia obiol y corcoll dijo...

... Estimado Pitekus, gusto en saludarle...


En los otros tiempos, cuando gente buena, que podrían ser nuestros padres, prefirieron achicar la falta para no levantar olas... y el daño subterraneo que se ha ocultado en el silencio...

Saludos.

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Llevo 6 o 7 años publicando mis escritos y poesía con palabras similares, contenidos similares, con gráfica orientada siempre a una visió...