Con épica complacencia
mis huesos vulnerables
van al encuentro de la noche,
con sus olas de días obligados;
debajo de la poblada herrumbre
la dura carne del hierro
es capaz de sentir
el pulso cautivador de un beso.
Acostumbrada a vivir
en linea recta
como si tuviera algo
de árbol chúcaro y río profundo
dudando entre aspiraciones y realidades.
A punta de pobres herencias
he perdido la facultad material
de estar presente
en esta naturaleza compleja
y difícil de cernir,
sujeta perpetuamente
a una parásita penumbra
que sueña su propia noche,
palpando a tientas
la frescura anticipada
de la lluvia.
AOC.®.2012
Gráfica: Rory Kurtz // Serhiy Reznichenko // Mark Ryden
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