Romulo conocía cada espacio de esa pampa inmensa que parecía deshabitada y estaba deshabitada, escasamente aves o animales se aventuraban al calor diario de esa tierra y a su penetrante frío nocturno; en casi todo el sentido de la palabra Romulo estaba solo en esa tierra tan suya, tan intensa. Algunos amigos le preguntaban si no sentía miedo en esa soledad, pero él sostenía que en el mundo ya estaba todo inventado así que no existía nada nuevo y extraño a lo cual temerle.
Ese domingo no era muy distinto a los días anteriores, salvo por la reverberancia que parecía más brillante, el horizonte de la pampa se veía poblado de fantasmas flotando sobre la tierra abrasadora, de pronto entre las imagenes ilusorias Romulo creyó ver la silueta vibrante de una mujer que avanzaba hacia el horizonte infinito; y movido por la idea de que era una figura real dicidió seguirla y se dejó guiar, plenamente consciente de que caminaba hacia el vacío, pero el hipnótico viento murmurante creaba palabras que no podía entender. Las lineas que circundan la soledad son frágiles y cautivadoras, Romulo nunca supo cuanto anduvo tras la figura femenina, pero de pronto se sintió dentro de otro mundo, otro paisaje, donde las palabras del viento adquirían significado; todo era simple, real y coherente.
Poco a poco se dio cuenta que en medio de la pampa existía un punto vacío donde el viento se llena de palabras y significados, sujeto al ritmo que Romulo le imprima a aquellas pulsiones invisibles que la pampa solitaria le ha dado a su alma, en cada reverberancia, sujeto a las alas de un albatros de cejas negras...
AOC.®.2011
Grafica: Andrew Finnie
http://youtu.be/d5-KVHcCtSY
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