domingo, 9 de mayo de 2010

Doble o nada


Roberto siempre manifestó sus afectos dentro de lo que se califica como políticamente correcto, aunque Loreto sentía que en el ejercicio recíproco había un vacío que no lograba entender.
Con el tiempo Loreto fue juntando las pistas que sutilmente Roberto iba dejando; el interés que Roberto tenía por las personas estaba dado por un juego casi infantil que consiste en generar acciones y observar como responden las personas ante su gesto, en general, le interesan las personas solo en el ámbito de sus respuestas. Todo el torbellino de su emocionalidad, las pulsiones de sus afectos, se concentran en rescatar toda la sustancia contenida en el efecto que su ser provoca en otro ser; cuando ese manantial de aplausos y aprobación se agota, le sobrevive solo la vulgaridad de lo cotidiano, la triste realidad que produce un individuo desconocido.
Roberto especula, saca cuentas sobre el efecto de sus palabras, de sus miradas y pasan los años y el mundo que ama no es más que el reflejo de si mismo donde el amor es un penoso juego sin respuesta.

A.O.C.©2010

Para escuchar: http://www.youtube.com/watch?v=4muqpMqHiYk

Jerry Vale, What kind of fool am I

... que clase de tonto soy?
que nunca se ha enamorado,
pareciera que soy yo
en lo único que he estado pensando.
Que clase de hombre es este?
una caracola vacía, una celda solitaria
donde un vacío corazón debe habitar.
Que clase de labios son estos?
que mienten con cada beso,
que susurran palabras de amor vacías
que me dejan solo así como estoy.
Porque no puedo enamorarme?
como cualquier otro hombre,
y tal ves entonces sepa
que clase de hombre soy...

4 comentarios:

pelicanopitekus dijo...

Me fascina la respuesta del otro,el retorno.Estimo que sin retorno,todo se transforma en un rito estéril.El error que comete Roberto,no es en esperar a la respuesta del otro,si nó solamente a la respuesta de concordancia,cuando es precisamente en el equilibrio que se dá entre los acuerdos y desacuerdos donde se descubre lo nuevo.
Respecto a la canción,me acontece lo contrario.Yo me enamoro setecientas veces en el día,hasta de las chicas de la cuarta.Hay momentos en que he caminado enamorado hasta una cuadra.
Besos retornables.

antonia obiol y corcoll dijo...

Lo que tu dices son justamente las cuerdas que se pulsan para la experiencia de amar.

Es un hermoso juego ese de sentirse encantado por una pincelada que ilumina el alma por un segundo.

Enamoradisos besos.

Daniel Os dijo...

Será hora de entender que la vida es la vulgaridad de lo cotidiano, los chispacitos de aplausos y aprobación son granitos de sal, para que el bocado no sea tan bobo.
D

antonia obiol y corcoll dijo...

Naa!! pero y pura sal hecha a perder cualquier bocado, yo diria que ese puchero no engorda... como dice Pitekus, más bien es un equilibrio entre acuerdo y desacuerdo. Igual sin aplauso no hay artista, y queda la soledad del escenario...

Salados y cotidianos besos

Despedida

Llevo 6 o 7 años publicando mis escritos y poesía con palabras similares, contenidos similares, con gráfica orientada siempre a una visió...