Elaborada
con raíz de olvido,
soy hija
de huellas invisibles
que apenas presienten
la humedad de unos labios.
No soy más
que la Señora Gonzalez
y eso es justamente
lo terrible.
Vivo encasillada
en el frágil concepto
de la nada,
con besos blandos de mar,
como un rocío leve
en la faz inquieta
de la mañana.
Bajo los almendros en flor,
la misma lluvia de pétalos
no se deshoja dos veces
sobre la misma sombra.
Y el tiempo pasa
como una pelusilla flotante
que se pierde en la azulada
profundidad del paisaje,
sepultada para siempre
en la maraña de una vida pasada
que ya nadie visita.
AOC.©.2012
Gráfica: Milo Manara // Nanami Cowdroy / Norman Lindsay
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