En calles celestes
yo me abandono
sin predeterminación
ni destino,
como cuerpo arrojado
al vacío
en una pedrada
resbaladiza de la noche.
Todos nos encontramos divididos
y somos fragmentos, auras,
fantasmas sin consistencia,
todos creemos llorar y gozar
desde hace siglos
en un cono de sombras,
en un planeta cómplice.
La diversidad de las olas
no rompen la majestuosa
monotonía del mar;
la apagada violencia de los colores,
y el orgullo desmedido del cielo
me recuerdan todavía
el aroma silencioso de tus pasos.
AOC.©.2012
Fotografias: De la soledad de las cosas
http://fotograficasoleograficas.blogspot.com/
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