Me siento cruzando
un umbral, una cota
que cambia lo cotidiano,
tiñendo de irrealidad
el tic tac del día.
sometida a una honda sensación
de sueño profundo,
absurdo e inesperado,
con la emergente sospecha
que nada sirve,
que temprano resulta ser
demasiado tarde.
Son tiempos perforados
por ráfagas de viento,
manchas de aceite persistentes
y un metálico sabor a amargura.
Lo invisible
apenas mueve el agua del lago
dejando un leve estela
de presagios, promesas,
miedos y sospechas
en medio de un paisaje
sin contornos,
solo colores que bambolean
en emociones indefinidas
dentro de un mundo
que da vueltas,
que gotea,
que avisa.
AOC.©.2013
Gráfica: Benjamín Lacombe // Sergey Reznichenko // Bernard Dumaine.
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