Cuando el silencio
apaga el ruido
se puede sentir en vez de pensar,
escuchar los ojos
de tu alma pulcra y triste
adornada de terrores,
bajo esa luna helada,
furibunda, cuya luz se vuelve azul
y sorda sobre la nieve.
A solas
voy por más lunas,
por huesos, por mudos hielos,
por perdones, por dolores,
por latidos,
como si fuera el mar mi sangre,
el infinito
que se sumerge en un diluvio
de días iguales,
de esos que carcomen por dentro
cualquiera esperanza.
Los senderos se alargan
narrando la leyenda
de una ciudad
con su tempestad ronca,
su llanto,
como una voz que reza
como una voz que reza
asimilada al caos,
sometida a esa seguridad incierta
de los sonámbulos
que naufragan en una inundación
sin bordes.
AOC.®.2012
Gráfica: Csekuti David // Raluca Vulcan // Rene Gruau
http://youtu.be/7LQwtvJX0u0
http://youtu.be/7LQwtvJX0u0
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