Este adiós de ti
me pilla vestida
con la clásica negrura de mi paciencia,
solo tengo ojos para una piedra
que tantea el vértigo
en los cabellos negros del agua,
donde el frío
es siempre el mismo frío.
Antes el tiempo pasaba,
ahora me traga
incuestionable, drástico
y me sumerge en un manto
de olvido, desidia,
indolencia,
apegada al centro inmóvil
de mi misma.
En un mundo de adioses y rejas
cada beso perfecto ensancha el mundo,
atravesando todo lo que cambia en mí;
... y me entrego cayendo
como presa segura
de alguna tumba.
AOC.®.2012
Gráfica: Vania Zouravliov 1 - 2 // Serhiy Reznichenko
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