Hace tiempo que no veía a Rodrigo, cuando se fue creo que ni siquera nos despedimos, es que se fue tan rápido, casi cortando con todo; se había cagado a tanta gente que no le quedaba otra. Los amigos más cercanos sabían con más exactitud las grandes deudas de Rodrigo, estafó hasta su pareja; aunque decían que la mina era medio picante y le gustaba mucho ese mundillo de casi famosos en que se desenvolvían.
Ahora Rodrigo regresó y por casualidad me lo encontré en la productora. Estuve un tiempo mirándolo de lejos, está más gordito, más que nada guatón, llegó abrazando, super canchero, con ese típico discurso que lo caracterizaba, lleno de "muchos cariños"; sigue en la misma, cuando se aproxima a las minas le toma las manos y las mantiene presas en un lapso más allá de lo tolerable. Mirándolo con detenimiento, por ninguna parte se le ve algún arrepentimiento o por lo menos algo que parezca vergüenza.
Se ríe raro, tiene una mezcla de piel, como si varias personas lo habitaran y en el fondo no fuera ninguna. Al final me lo topé en un pasillo y me contó una historia bien rebuscada, también me benefició con un abrazo forzado. Por suerte para mi, paso un grupo de personas de mayor interes para él, y se colgó a ellos lleno de jovialidad y esa alegría plástica que siempre lo ha caracterizado. Yo digo, como tanto catecismo para nada?.
AOC.©.2013
Gráfica de la red ( http://emulafanzine.blogspot.com/ )
No hay comentarios:
Publicar un comentario