La soledad
puebla los rincones,
las habitaciones envuelven
como cápsulas
a islas
de individuos
que crecen solitarios;
la comida diaria
es un trámite de bandejas,
los espacios están marcados
por el pulso de su único morador.
Cada cubículo se adosa a otro
construyendo la imaginaria
idea de un hogar,
en un cotidiano de apariencias
que circula por ese callejón
al que llamaron vida...
A.O.C. 2009
2 comentarios:
Usted va muy rápido amiga Antonia… es parpadear y notar que con los ojos cerrados me perdí mil destellos.
Y mil brillos…
D.
Insisto, reitero y recalco, eres un poeta.
Estaba yo haciendo pucheros detras de la puerta porque no veia tu ilustre rostro junto a unas palabritas.
No me pasara que me haga adicta a tus visitas?
Por lo menos se te hecha de menos.
Cariñosos Chaus
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