


A pasitos de Alameda
Ocurre que mis murallas
dejaron de tener vida,
dejaron de ser cobijo
de olores, tradiciones.
Llenaron los muros
con florcitas iguales,
encerraron mi espíritu
justo en el rincón de la cabecera
de mi cama…
Solo escucho un grillo
algunas veces presiento el amanecer,
y al final:
yo carcelero,
yo guardián
yo reo…
A.O.C 2008
2 comentarios:
Intenso. Finito.
Me alegra que lo que escribo sea de tu gusto, un saludo grande.
Publicar un comentario